En Ourense existe unha institución que está a punto de converterse en centenaria. Referímonos ao diario La Región. O 15 de febreiro de 2010 fará 100 anos que saiu á rúa. Para moitos ourensáns, maiores e non tan maiores, a lembranza da redación e dos talleres do xornal está moi vencellada á rúa Cardeal Quiroga (Luis Espada cando naceu o xornal) pois alí estiveron desde a súa fundación até finais dos anos 80, momento no que se trasladaron ao polígono de San Cibrao. Lembro ir alí con meu pai sendo eu neno, entrar por aquel longuísimo túnel escuro, saudar ao conserxe, contemplar abraiado aqueles enormes rolos de papel, subir as longas escaleiras e ir ver aquelas sorprendentes máquinas que escribían soas mentres uns homes recortaban e pegaban follas transparentes sobre mesas iluminadas.
Moito tempo despois convertínme eu en xornalista. Non sei se por aquel primeiro asombro da infancia. E acabei traballando na redación de La Región, con esa inocencia xa perdida. Ás veces un bota de menos ver o mundo a través dos ollos dun neno.
E rescatamos aquí un artigo máis da serie das "Horas" de Vicente Risco que, precisamente fala da casa do vello xornal:
"Esta casa de LA REGIÓN es una casa maravillosa.
Le suceden cosas extrañas y contradictorias:
Es casa, y no vive nadie en ella. Crece rápidamente y no se la ve crecer. Tiene puerta y portal, y no se puede entrar en ella. No se puede estar en ella y está llena de gente. Está llena de gente, y no vive en ella ninguna. Es ya inmensa y no cabe en ella lo que hay que meter, a pesar de estar hecha para meter cosas.
Ya sé que se me van a preguntar muchas cosas, por lo cual voy a contestarlas antes de que me las pregunten.
¿Cómo, si es casa, no vive nadie en ella?
Porque no está hecha para vivir; porque no se cabe en ella, y por otras cosas.
¿Cómo, si es inmensa, no se cabe en ella?
Porque ya está llena. Primero estuvo llena de obreros; ahora se va llenando cada vez más de papel. Conforme salen los obreros, va entrando el papel. Venid a verla, porque jamás habréis visto tanto papel junto.
Hay tanto papel, que no tenemos papel para escribir.
¿Cómo, si tiene puerta y portal, no se puede entrar en ella?
Porque debajo del portal se abren profundos y tenebrosos subterráneos donde huele a demonios y donde a lo mejor estos demonios están escondidos en la oscuridad para cortaros el pescuezo.
Porque para entrar, hay que pasar por unas tablas tendidas sobre el abismo, como el Puente de las Almas, de que habló Ardai Visaf, y a un pequeño descuido que tengáis, caéis en lo profundo... Hay que ir con los cinco sentidos, y como a todos nos falta alguno, sobre todo el común, pues ya se ve lo que puede pasar.
¿Por qué no se ve crecer la casa?
Porque no crece por afuera, sino por adentro. Por afuera está como si tal cosa; pero por adentro se va ampliando, alargando, ensanchando, estirando, aumentando, tanto que parece que se anda por los pasillos y los salones de San Martín Pinario de Santiago.
En el sitio de una casa como cinco, hay metida una casa como doscientas. Tiene una cabida imposible, y sin embargo, se ha alcanzado esta cabida.
Y sin embargo, por fuera no se le nota nada.
Todavía: si, a pesar de tener puerta y portal, no se puede entrar en ella, ¿cómo es que entran ustedes?
Pues verá: unos, porque son muy valerosos y pasan el puente de tablas sin novedad, jugándose la vida y acaso el alma.
Otros, porque son buenos gimnastas y dan un gran salto que los lleva de la calle a la escalera.
Otros entran por la chimenea, viniendo hasta el tejado en helicóptero.
Otros, por medio de la magia."
Horas, Vicente Risco.
La Región, 12-01-1955.
(Na imaxe antiga librería de La Región situada na rúa Cardeal Quiroga)
