Desde o inicio dos tempos foron moitos os artistas e filósofos que trataron o asunto da vellez nalgún momento da súa vida, desde Cicerón até Rubens. Pola súa parte, recén cumpridos os seus setenta anos, Vicente Risco escribía na prensa estas fermosas liñas sobre a súa idea da vellez, unha idea que semella unida ao tópico horaciano do beatus ille.
"Parece que estamos de moda los viejos. Hasta se ha inventado una ciencia para su estudio: la Gerontología.
Yo no sé quien lo ha escrito, pero yo lo leí en LA REGIÓN, un artículo o lo que sea, que dice que "La vejez y la felicidad son compatibles". Me gustó el título.
En realidad, yo siempre lo he creído así. Es más, siempre he tenido esa esperanza: ya que no lo fuí de niño, de joven, ni de hombre, a ver si de viejo. Mas, por ahora, me parece que tampoco.
Tenía yo mis proyectos para la vejez: dedicarme a la Botánica; vivir en la aldea; pasar las horas de sol sentado debajo de una parra, a la puerta de la bodega; llevar siempre cayada aunque no me hiciese falta; leer la Biblia; no escribir nada nuevo; tomar chocolate por las tardes...
Concebía yo la vejez como un largo atardecer de oro, un descanso y un premio. El premio de no tener obligaciones. El premio de vivir sin el "tengo que", que roe por dentro en la conciencia; sin el "tienes que", que acucia y aguija a uno por fuera.
Concebía yo la vejez como un tiempo del que puede uno hacer lo que le dé la gana, un tiempo libre, que nos diesen en plena propiedad, con jus utendi y jus abutendi y hasta jus renundiandi, sin obligaciones, derecho subjetivo purísimo e ilimitado.
Ignoro si dicen estas cosas los viejos tratados "De senectute" porque nunca he tenido paciencia de pasar de las primeras páginas; pero veremos ahora esta nueva ciencia."
Horas, Vicente Risco.
La Región, 25-11-1954.
(Na imaxe, A man reading in a garden, de H. Daumier, 1866-1868)
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