12 jul 2006

Poquito fútbol


Se acabó el Mundial y parece que algo se muere en el alma.
Sin embargo, en esta ocasión hemos visto muy poquito fútbol, muy poquita calidad. En contraste con ello, la Copa del Mundo ha movido a millones de personas, ha arrastrado masas a las calles de medio mundo y ha sentado ante el televisor a cantidades inimaginables de espectadores.

Los que hemos tenido la suerte de asistir a algunos de los últimos partidos del campeonato hemos advertido in situ que las selecciones semifinalistas apenas han jugado un buen partido en todo el torneo e incluso algunas ni eso.

Alemania ha sido una excelente anfitriona y ha demostrado al mundo su inigualable capacidad para organizar este tipo de grandes eventos deportivos. Su afición se ha entregado como ninguna. El país entero se ha movilizado y la bandera tricolor alemana ha ondeado en todas las casas, coches y rincones del territorio germánico.
Sin embargo, su equipo nacional ha resultado, a mi juicio, una decepción notable. En los partidos de cuartos de final ante Argentina y en semifinales ante Italia ha demostrado no saber a qué jugaba. Con dos líneas de cuatro bien juntas trató de detener los anárquicos ataques argentinos para confiar toda su suerte en la habilidad y rapidez de Klose y en el peligro por banda de Odonkor. Ballack ha sido, junto con Lampard -compañeros ahora en el Chelsea- una de las grandes decepciones. Podolski, nombrado mejor jugador joven del torneo, no ha pasado de ser un muchacho voluntarioso y espoleado por una grada poco exigente.
En definitiva, mucha entrega pero escasa o nula calidad técnica y táctica.
Italia, que vino a poner las cosas en su sitio en Dortmund ante Alemania, desplegó en ese partido lo mejor que puede dar de sí. Un Lippi valiente dio entrada a Gilardino y Del Piero manteniendo en el terreno a un inexistente Totti. El resultado en la prórroga con goles del sorprendente Grosso y la puntilla de Del Piero vino a hacer justicia después de las clarísimas ocasiones de Gilardino y Zambrotta, ambas repelidas por la madera.
El buen fútbol de Italia en Dortmund se esfumó por completo en la final de Berlín. Apareció el equipo asustado y sin recursos que nos temíamos. Una segunda parte nula de los italianos que apenas sabían sacar la pelota al medio de su terreno con un Pirlo perdido y un Toni luchador pero ineficaz. La salida al campo de De Rossi incrementó el número de despropósitos de los italianos.
En frente, una Francia que presionaba y llegaba con cierta facilidad al borde del área transalpina. Solamente el excelente partido de Cannavaro, que incompresiblemente no fue premiado como el mejor del partido- pudo frenar lo que en buena lid debería haber sido una victoria fácil para Francia.
El cabezazo de Zidane y su consiguiente expulsión más que desequilibrar el juego en favor de Italia lo que provocó fue la inestabilidad psicológica de los galos que se vieron finalmente en la tanda de penaltis sin Zizou ni Henry, los dos grandes soportes del grupo. Los italianos estuvieron perfectos desde los 11 metros y la Copa del Mundo se fue para Italia.
Portugal, la otra semifinalista, ofreció un espléndido juego de combinación y velocidad pero un nulo acierto en el remate. Pauleta no es delantero para un equipo que quiera llegar a una final. El equipo se sustentó en el magnífico hacer de Ricardo en portería, Carvalho y Meira en el centro de la defensa, un Maniche fenomenal en defensa y ataque, y la habilidad de Deco, Cristiano Ronaldo y Simao. Figo apenas mostró su calidad en contados centros y físicamente se le notó muy bajo. El lateral derecho Miguel trato de penetrar por su banda pero sin demasiado acierto mientras que por la izquierda Nuno Valente demostró sus enormes carencias.

Los más destacados por equipo:

Italia: Cannavaro, Pirlo, Grosso
Francia: Zidane, Henry, Ribery
Alemania: Lehmann, Lahm, Odonkor
Portugal: C.Ronaldo, Maniche, Deco

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