28 mar 2007

Barriga verde, acabouse a peseta


Aínda gardo un vago recordo das funcións de marionetas que se celebraban nas fermosas prazas do Ourense vello alá por finais dos anos 70. Cando chegaba o bo tempo, cousa que en Ourense soe suceder ben cedo, xuntabámonos unha chea de nenos diante daqueles monicreques para seguir con paixón e os ollos ben abertos as historias que alí nos contaban.

Moitos anos antes todo o mundo falaba de Barriga Verde pois era o máis famoso espectáculo das Festas do Corpus. Miña nai lembra aquel personaxe e as súas historias, e sobre todo a famosa frase final "Morreu o demo, acabouse a peseta" que servía para concluir a función.

Como xa temos sinalado, Vicente Risco foi un grande amante dos entretementos populares, dos acontecementos cotiáns da vida da xente corrente. Mesturaba a súa grande erudición para elaborar a Historia de Galicia con finas e irónicas observacións sobre Ourense e os ourensáns. Penso que moitas das súas observacións seguen a estar vixentes aínda hoxe 40 anos despois do seu pasamento.

E tamén, como calquera ourensán do seu tempo, foi ver a Barriga Verde. E non so o foi ver, senón que escribiu sobre el na súa columna diaria:


"HORAS

(...)
Después fuimos al "Barriga verde". Todos somos devotos del "Barriga Verde". Algunos lo encuentran demasiado modernizado; otros dudan de su autenticidad.
Entramos. El escenario estaba descubierto. Tardó en empezar la función, pero mientras tanto nos estuvieron dando un concierto de tambor. Ya sabéis cuánto me gusta oír tocar el tambor. Por lo tanto, lo pasé bien.
Después salió a cantar una chica, que, la pobre, estaba afónica. Después me parece que salió una flamenca que cantaba y bailaba alternativamente. Después un rapaz equilibrista, que trabajaba en "el cilindro de la muerte", pero no se cayó ni se murió, no hizo más que quitarse los pantalones y pasarse unos aros por las piernas. Después, una pareja vestida, una de aragonés y otra de aragonesa, y hubo golpe de jota cantada y bailada. La que hacía de aragonés le daba a las piernas con una ligereza tremenda.
Por fin, empezó la representación de los monifates. Salieron, como siempre -y esto es lo bueno- el Barriga verde (bueno, el héroe), el portugués, o quien le sustituyese, el cura, el toro, el demonio y la viuda del antagonista del héroe- A mí me pareció bastante bien la cosa.
Luego fuimos a la barraca que, no sé por qué, está puesta bajo la advocación de Júpiter, no sé tampoco si el dios o el planeta, aunque los dos sean lo mismo, pero poca gente lo sabe.
También allí hay monifates, sólo que son eléctricos: una preciosa banda de música, una rueda de bailarines, un coro acompañado de guitarras, y unos danzantes de palos modificados. Por fin una pareja de aragoneses, grandes, pero no de carne.
Es cosa muy divertida y todos aplaudimos mucho. Es una especie de Barriga verde electrificado. Menos mal.
Y ya no tengo tiempo ni espacio para hablar del Congo belga."

La Región, 6 de xuño de 1953.

No hay comentarios: